Prótesis de Pene la Solución Definitiva a la Impotencia Sexual
Prótesis de Pene
La impotencia es una palabra maldita para los hombres... y para sus parejas, que indirectamente también se ven afectadas.
El que lo sufre no consigue obtener una erección lo suficientemente intensa y duradera como para poder mantener una relación sexual completa y satisfactoria en más de la mitad de los intentos.
Afecta aproximadamente a un 15% de la población masculina, una cifra que se dispara hasta el 40% entre los mayores de 60 años.
Tiene solución, pero todavía a muchos les puede la vergüenza y no consultan con el especialista.
No se trata sólo de un problema sexual, «en seis de cada diez casos se presenta como un efecto secundario de otras patologías principales como la diabetes, problemas vasculares, neurológicos o urológicos», explica a ABC el doctor Mariano Roselló, director del Centro de Urología, Andrología y Salud Sexual del Instituto de Medicina Sexual (IMS) en Madrid.
También puede tener su origen en el consumo de alcohol, de tabaco o por la ingesta de determinados medicamentos.
En otros casos, las raíces del asunto se encuentran en la mente: miedo al fracaso, sentimientos de culpa, inseguridad... pero es importante que los hombres sean conscientes de la necesidad de consultar con un médico para encontrar la solución.
Una vez diagnosticado el origen de la impotencia, el especialista indicará cuál es el tratamiento más adecuado. Lo que no deben hacer nunca los afectados es intentar arreglarlo por su cuenta comprando la famosa «pastillita azul» por internet.
Sobre todo porque en muchos casos se trata de medicamentos falsos que pueden ser contraproducentes.
Las soluciones van desde el tratamiento psicosexológico, pasando por los fármacos y en el último caso la implantación de una prótesis de pene.
Ésta última opción, menos conocida, es la alternativa que les queda a aquellos en los que la terapia farmacológica no ha dado resultados.
Imagen de la prótesis desde la parte interior del pene
Cómo funciona
Se trata de un dispositivo con tres partes: dos cilindros que se introducen a lo largo del pene, mediante una incisión de unos cinco centímetros en el pubis, conectados por un lado a un reservorio de solución salina (cerca de la vejiga) y por otro a una bomba hidráulica que se coloca dentro de la bolsa escrotal.
La intervención dura unos 50 minutos y al día siguiente el paciente puede volver a casa. Entre cuatro y seis semanas después estará listo para retomar sus relaciones sexuales con éxito.
Para conseguir la erección, el paciente tiene que presionar mediante dos toques la bomba situada en el escroto para que el líquido pase del reservorio a los cilindros directamente y consiga el estado rígido del pene.
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La erección dura hasta que el hombre vuelve a activar el mecanismo hidráulico presionando otra vez la bomba para que la solución salina vuelva al reservorio.
«Un 94% de los hombres y un 96% de las mujeres declaran conseguir un alto nivel de satisfacción sexual tras la intervención», asegura el doctor Roselló, autor de más de 1.500 implantes.
La edad no es un problema para someterse a esta cirugía. «He tenido desde un paciente de 22 años que tras un accidente de tráfico no conseguía erecciones hasta un hombre de 88», explica este experto, que acaba de publicar el manual «Consulta tu problema sexual», donde recoge su experiencia durante más de 35 años en esta área.
La mayor baza de la prótesis respecto a otros tratamientos es que es una solución definitiva al problema de la impotencia.
Son para toda la vida y lo único que el paciente debe hacer para mantenerla en perfecto estado, según el doctor Roselló, es «usarla».
Doctor Víctor Severo Hernández Valdés.
Especialista en próstata, sistema urinario, uretra, litiasis renal, andrología.
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